A Pipi le va el porno
El titular no es precisamente porque el periodista deportivo se vaya a dedicar al cine X. El titular viene a que está manteniendo una relación sentimental con una actriz porno llamada Lucía Lapiedra.
Confirma el ex de Terelu que es la mujer de su vida y que lo que le da Lucía es emoción, un “no saber qué va a pasar en 5 minutos”. Lo cierto es que son muchos los que hablan de montaje pero Pipi dice que está enamorado de verdad.
Pipi, que ha acudido esta misma mañana al Programa del Verano, ha dejado entrever que Lucía podrá dejar el porno en breve. Veremos si se trata sólo de un calentón veraniego o si, por el contrario, se convierte en una relación duradera.
desde luego ella sera guapa pero vamos yo no podria estar con una persona a la que todo le mundo ha visto como hacia sexo a saco, sus intimidades mas intimas las conoce hasta el gato,el amor es misterio y ella es transparente en el sentido literal de la palabra
Agradezco la lectura, publicación y respuesta a mis CARTAS Y ARTICULOS AL DIRECTOR
EL CUENTO DE PIPIN Y TELERIN:
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Érase una vez una chica guapa, guapina y guapona llamada Terelu, Telerín, Telerón, que tenía
un novio el Pipi, Pipín, Pipón, rara especie del gol, golín, golón, al que su ex mujer, mujerín
mujeron, lo echó de su casa, casita, casona con la maleta, maletín, maletón, porque era un
babas, babitas, babón. El Pipi, Pipin, Pipón quería casarse con Terelu, Telerín, Telerón, pero su
suegra, suegrín, suegrón lo vio con una furcia, fuercín, fuerzón. La Terelu, Telerín, Telerón
envió a la porra, porrín, porrón al guapo, guapín, guapón de Pipi, Pipin, Pipón, éste se lió
enseguida con una piedra, piedrín, piedrona, de las que salen en la tele, telerín, telerona en plan
follaje, follajín, follajón. El bobo, bobín, bobón explicó las veces que con Terelu, Telerín,
Telerón hicieron el amor, amorín, amorón. La Terelu, Telerín, Telerón puso una denuncia,
denuncín, denunción al burro, burrín, burrón para que cerrara la boca, boquita, bocaza. El
Pipi, Pipín, Pipón pagó una multa, multín, multón y no fue a la cárcel, carcelín, carcelón porque
el juez, juezguin, juezgón, vio que el pobre, pobrin, pobrón, era un narciso, narcisín, narcisón y
un tomate, tomatín, tomatón, del que ganaba dinero, dinerín, dinerón.
Así separados, separaditos y separadotes, todo el pueblo, pueblín, pueblón descansó tranquilo
de las chorradas, chorraditas y chorradotas del Pipi, Pipín, Pipón y todos fuimos felices,
felicines y felizotas y comimos perdices, perdicitas y perdizotas. Y colorín, colorón, colorado
este cuento no ha acabado.
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS-Escritor-www.museodelescritor.org-lascartasdeabraham.blogspot.com-
Estoy totalmente de acuerdo con el primer comentario. Yo, personalmente no podría mantener una relación sentimental seria con una persona a la cual le conoce todo el mundo por como “fornica”, y no precisamente haciendo sexo “light”.